El verdadero problema de la osteoporosis es que el hueso está más predispuesto a sufrir fracturas. Por eso, hacer ejercicio físico es fundamental para su prevención y tratamiento. No solo mejora la salud de los huesos, sino que aumenta también la fuerza muscular, la cooordinación y el equilibrio y contribuye a mejorar la salud en general.
No existe un estándar de cuál es el mejor ejercicio dentro del amplio grupo de pacientes con osteoporosis. Factores como la edad, la condición física, las limitaciones que le provoca su enfermedad, las experiencias previas en cuanto a la práctica de ejercicio físico, las contraindicaciones médicas...son factores a tener en cuenta a la hora de comenzar un programa de entrenamiento.
Actividades cotidianas realizadas de pie o caminando y que requieran transportar peso (llevar las bolsas de la compra, una maleta o una mochila..) son actividades que refuerzan las estructuras de los huesos. Por eso, las personas encamadas o aquellas que pasan mucho tiempo sin realizar actividad física pierden masa muscular, sus huesos se debilitan y pierden poco a poco su estructura ósea. Los mejores ejercicios para los huesos son los que requieren sostener el propio peso corporal (autocargas) y de pie mejor que sentados o tumbados. Le recomendados caminar, levantar pesas con movimientos controlados y ejecutados correctamente, trabajar con bandas elásticas (gomas), hacer senderismo, subir escaleras, bailar...
Por el contrario, tenga en cuenta que aquellos ejercicios o actividades que no requieren sostener el propio cuerpo, por ejemplo, natación o actividades acuáticas, montar en bicicleta, ...aunque ayudan a fortalecer y a mantener fuertes los músculos y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, no los son los más eficaces para pacientes con osteoporosis diagnosticada.
- A nivel muscular. El ejercicio físico estimula el desarrollo muscular. El hueso es capaz de resistir esfuerzos y tensiones con mayor facilidad. Una musculatura potente actúa protegiendo al hueso antes golpes y caídas.
- A nivel articular. El ejercicio físico estimula la movilidad articular. Esto hace que la persona esté más preparada para responder ante situaciones de desequilibrios.
- Equilibrio y coordinación. El ejercico ayuda a que el cuerpo esté activo y preparado, siendo menos propenso a sufrir caídas y teniendo mayor aguante en caso de que se produzcan.
- A nivel mental. Está más que comprobado que la actividad y el ejercicio ayudan a que la persona se encuentre más ágil a nivel mental. Esto sobre todo es importante en edades avanzadas.
